Por: Dr. Luis Manuel Hernández G.
“No todo lo que puede contarse cuenta, y no todo lo que cuenta puede contarse.” — Albert Einstein.
De la percepción al impacto real: Baja California como líder económico
La evolución del sistema económico de Baja California genera opiniones encontradas. Como decía Colin Powell, “es más fácil creer que pensar”. Las posturas suelen enfocarse en lo que falta: más empresas, más empleos, más incentivos. Sin embargo, pocas veces se reconoce con claridad lo que sí está sucediendo y creciendo en Baja California.
Hace poco participé en un foro sobre bienes raíces industriales, donde compartí una idea central: el mundo cambió radicalmente entre 2000 y 2024, y muchos siguen usando marcos de referencia que ya no hacen justicia al avance industrial del estado. Hoy, cada pie cuadrado industrial en Tijuana genera $4 dólares diarios en derrama económica, frente a los $2.70 de hace cinco años. Este crecimiento supera inflación, tipo de cambio o cualquier otro factor macroeconómico. Refleja una realidad contundente: la industria en Baja California está evolucionando y generando valor a un ritmo superior al que se percibe.
Más allá de los indicadores cuantitativos, los datos cualitativos ofrecen una mirada auténtica del ecosistema productivo: empresas, proveedores y cadenas de valor que nacen, crecen y se fortalecen desde aquí. La región fronteriza México–EE. UU. genera 4.2 millones de empleos directos en manufactura. California y Baja California concentran 1.7 millones, lo que representa el 40% del total. Este dato no es menor: somos protagonistas, no espectadores.

Policrisis, geopolítica y crecimiento: la fórmula de éxito en la frontera
En este contexto, hay dos conceptos clave que debemos poner sobre la mesa: policrisis y geopolítica. La policrisis describe escenarios interconectados que amplifican sus impactos. La geopolítica —la suma de geografía, política y relaciones internacionales— nos brinda herramientas para navegar estos desafíos. El 30 de mayo, la Casa Blanca anunció 75 nuevas inversiones estratégicas; 10 de las empresas participantes tienen presencia en Baja California. Aunque la inversión se dirige a EE. UU., la participación activa de empresas con operaciones en nuestro estado confirma nuestro peso en el tablero global.
Un ejemplo claro es el sector aeroespacial. En EE. UU., los técnicos tienen un promedio de edad de 54 años, y para 2028 se prevé un déficit de 25,000 empleos. En Baja California, estamos generando talento, infraestructura y especialización para convertirnos en parte de la solución.
A menudo se dice que el número de empresas en el estado no ha crecido significativamente —de 1,013 en 2008 a 1,100 en 2025, apenas un 14%. Pero ese dato pierde sentido frente al impacto real: la derrama económica creció más de 450% en ese mismo periodo. Esto no es producto de la casualidad ni de factores externos; es resultado de la confianza que las empresas han depositado en Baja California y de su decisión de reinvertir y fortalecerse desde aquí. El crecimiento ha sido constante, entre un 20% y 25% anual, reflejando que la apuesta por el estado sigue siendo firme y productiva.
Muchas veces, estas historias no se cuentan porque asumimos que son parte de una tendencia macroeconómica. Pero quienes estamos dentro del ecosistema sabemos que esto es resultado de una construcción cuidadosa entre industria, talento local y entorno binacional.
Hace unas semanas, tuve la oportunidad de participar en una mesa de análisis sobre riesgos país, infraestructura y capacidades de mitigación. Uno de los temas más relevantes fue la brecha de infraestructura. Lo más interesante es que ese 450% de crecimiento ocurrió con la misma brecha estructural de hace años. Baja California no esperó a que estuviera resuelto para prosperar: creció, se diversificó y agregó valor a través de servicios, logística, innovación y manufactura avanzada. Según datos coincidentes del USTR y el Departamento de Comercio de China, la manufactura sigue siendo la base del desarrollo regional, con ramificaciones estratégicas que muchas veces no se ven… pero sostienen.
Es momento de contar esas historias. Porque Baja California no solo está creciendo —está liderando.